Si usted hace bien, usted lo hace para sí mismo
Y si usted hace mal, usted lo hace para sí mismo
Fueron quienes consultaron Ifá para el Hombre Ciego
Cuando estaba yendo a rogar por las almas en la tierra
de Hausa.
Él fue aconsejado a ofrecer Ębǫ.
Él obedeció.
No mucho tiempo después
Vengan a vernos en medio de la victoria.
HISTORIA):
Había un hombre ciego que era popular por su forma de rogar por las almas.
Cuando alguien le preguntaba cómo salvar su alma él simplemente le decía a
la gente que se encontraba:
Bi o şe ire o şe fún ara re.
Bi o si şe iká o şe fún ara re.
¨Si usted hace bien, usted lo hace sí mismo.
Si usted hace mal, usted lo hace para sí mismo. ¨
Él usualmente viajaba de aldea en aldea, de una ciudad a otra y de una casa
a la otra, rogando por las almas. Muchas personas acostumbraban a rendirle
asistencia al hombre ciego porque ellos consideraban su estilo de rogar como
un gran reto a sus caracteres individuales y colectivos.
Sin embargo, era desconocido para el hombre ciego, que el Rey de la tierra
de Hausa consideraba su estilo muy irritante y absurdo. El pensamiento del
Rey era debido que el hombre ciego estaba diciendo que era un filosófico y
que tal afirmación no tenía razón viniendo de la boca de un mendigo y ciego
para rematar. El rey sentía que solo él, su casa real y su Concilio de
Jefes, eran quienes tenían el derecho y el privilegio de hacer
planteamientos filosóficos. Por lo tanto, concluyó que al hombre ciego se le
debía enseñar una amarga lección y que otras personas aprendieran de ella.
Un día, el rey convocó a su mejor cazador para que le trajera una cobra
viva. La cobra viva que el cazador capturó era muy grande y salvaje. El rey
le ordenó que pusieran la cobra en una bolsa.
En la tarde de ese día, el hombre ciego vino como de costumbre y el rey
presentó su ‘regalo’ al hombre ciego.
Cuando el hombre ciego toco la bolsa, pensó que era un pangolín. Él estaba
muy contento y para mostrar su apreciación, el hombre ciego declaró su frese
común:
¨Si usted hace bien, usted lo hace usted sí mismo.
Si usted hace mal, usted lo hace para sí mismo. ¨
El hombre ciego puso el ‘regalo’ en su hombro y continuó rogando por las
almas.
Mientras que él estaba yendo de casa en casa rogando, se encontró con Aremǫ
Ǫba (el príncipe heredero).
El Aremǫ estaba enojado de que su padre le había dado un regalo al hombre
ciego. Él no podía ver razón por la que un hombre ciego debía retener tal
regalo. Enojado, él removió el regalo del hombre ciego, le dio tres pesadas
bofetadas en la cara y le arrebató el ‘regalo’.
En esta reacción, el hombre ciego declaró lo mismo:
¨Si usted hace bien, usted lo hace sí mismo.
Si usted hace mal, usted lo hace para sí mismo. ¨
Y se fue.
Tan pronto como el hombre ciego estuvo fuera de la vista, el Aremǫ decidió
examinar el regalo que el hombre ciego estaba llevando. Él metió la mano
dentro de la bolsa y la cobra lo mordió inyectándole todo el veneno que
había acumulado por tres días que había estado durante su cautiverio en la
mano del Aremǫ.
El Aremǫ gritó incontrolablemente. Los transeúntes se apuraron a socorrerlo.
Ellos vieron la cobra y la mataron. Pero antes de que se le pudiese brindar
asistencia al Aremǫ, él había
muerto. Su cuerpo sin vida fue entonces llevado al palacio.
Cuando el rey escuchó lo que había sucedido, recordó las palabras del hombre
ciego. Su conciencia sucia no le permitió hacer nada contra el hombre ciego.
Ifá dice que la persona para quien este Odù es revelado debe de hacer el
bien todo el tiempo y debe de tragarse la amargura, maldad y odio en todos
sus pensamientos, discursos y acciones.
Ifá dice que, si esta persona hace bien, lo está haciendo para sí mismo,
pero si hace mal también lo está haciendo para sí mismo.
Ifá dice que cualquier cosa que haga será el primero en cosechar los frutos
de su comportamiento.
Ifá aconseja a esta persona que entienda que cualquier cosa negativa que
haya hecho le dolerá.
Mientras que él o ella mantenga este principio en su mente y lo siga en
todos los aspectos de su vida, la alegría será la porción de todos los días
de su vida.
Por otra parte, si alguien está planeando maldad en contra de la persona
para quien este Odù es revelado, Ifá dice que la maldad viajará como un
bumerán y la persona vivirá para arrepentirse por el resto de su vida